DESPERTANDO SU ENTENDIMIENTO


El hombre luego de descubrir sus capacidades para pensar y analizar el porqué de todas las cosas, ha llegado a conclusiones personales; una de ellas es, que él es responsable de su propia existencia y dueño de su propio destino.  De allí que crea todas las hipótesis que originan el inicio de la vida y construye ideas acerca del origen de la vida según la ciencia, la filosofía, la religión, el derecho, la OMC (Organización Mundial de la Salud), y de manera científica ha buscado descartar la idea de que un ser superior pudiera haber originado todo el sistema de vida que pudiera existir.

Pero como se produjo la vida?, pregunta compleja y llena de muchas alternativas humanas, pero evidentemente que al tener la oportunidad de observar el perfecto funcionamiento de la vida en el ser humano, su composición química y biológica, podemos sin duda alguna percibir que es impresionantemente perfecta, y que pareciere haber sido diseñada por un ser perfecto y con un grado de inteligencia sorprendentemente ilimitada.

En  este  pensamiento,  surge   la  palabra  del  texto  bíblico,  en el Libro de Juan 1:1, 2, 3 y 4. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.  

En el principio, comienzo de todo, el Verbo la “palabra creativa”. “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”, en el versículo 4, se describe a “Jesús” como la fuente de la vida: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad.”


La vida y la luz, nos lleva como lectores a la milagrosa verdad que el Verbo, Jesús, Dios divino, creó todas las cosas, Él es la vida misma, vino y aún vivió entre los hombres.

La vida existía.  Él es la vida en todo el sentido y composición de la palabra, por Él todo existe, Él fue el punto de partida, por Él todo llego a existir.

Génesis 2:7 “Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.


Génesis 1:26 “Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo”.


A pesar de esta maravillosa y fascinante verdad, hay hipótesis e investigaciones destinadas a demostrar que la vida comienza de manera natural  a través de procesos evolutivos.

Pero dentro del ruido, la duda y la incredulidad de un proceso sobrenatural en la formación del hombre, surge una verdad que busca despertar del sueño a la creación de Dios.

Isaías 45:12 Yo hice la tierra, y sobre ella formé a la humanidad. Mis propias manos extendieron los cielos, y di órdenes a sus constelaciones.

Comentarios